Los incendios, por desgracia, forman parte de nuestras vidas, pero aunque pueden ser tremendamente peligrosos y mortales, no tienen por qué serlo siempre, y si sabemos qué hacer en las diferentes situaciones tendremos más posibilidades de que se reduzcan tanto los peligros, como sus consecuencias.
Qué es un incendio
Un incendio es una reacción de oxidación exotérmica que libera calor y luz. La reacción puede ser causada por el calor, la electricidad, la fricción o una reacción química. Un incendio también puede iniciarse por causas naturales o artificiales.
Un incendio requiere tres elementos: oxígeno para arder; combustible (o algo que se pueda quemar); y un desencadenante, como calor de algo como una chispa o una llama para iniciar la reacción.
Cuando el fuego arde, produce cenizas, humo y gas carbónico. El calor de esta reacción calienta los objetos cercanos, como las casas o los árboles, hasta que ellos mismos comienzan a propagar sus propias llamas.
Causas más habituales de generación de un incendio
Las causas más comunes de generación de incendios son:
- Ignición de materiales inflamables líquidos o gases.
- Ignición de materiales inflamables sólidos como madera, papel o plástico.
- Averías eléctricas, cortocircuitos o generación de chispas.
- Sobrecalentamiento de aparatos eléctricos.
- Fuegos creados artificialmente de forma imprudente.
- Mal uso de productos cotidianos que generan calor o fuego como cigarrillos o mecheros.
Pasos a realizar en caso de encontrarnos con un incendio
Todos los incendios tienen 3 fases diferenciadas, desde la fase incipiente, que es en la que se inicia el fuego, pasando por la fase de combustión, que es cuando aparece la primera llama, hasta la fase latente, cuando el fuego ya ha adquirido dimensiones casi incontrolables.
Dependiendo de la fase en la que nos encontremos, deberemos actuar de una forma u otra, teniendo conocimiento también de que no todos los incendios tardan lo mismo en recorrer las fases, ni su impacto o consecuencias son iguales.
No es lo mismo tener un incendio en una fábrica de madera, o en una planta química, que, en los alrededores de una piscina, por ejemplo.
1. Evaluación del incendio
Lo primero es realizar una evaluación del incendio, si es posible, y determinar qué acciones se deben tomar. Debe tener en cuenta:
Fase del incendio:
Tiene que intentar averiguar el nivel del incendio, si está en su fase inicial, como por ejemplo, ver una papelera humeando, u oler a quemado. En esa situación debería actuar con la mayor rapidez para tratar de sofocar ese incendio que podríamos calificar de conato.
Si la fase es avanzada, y el fuego tiene proporciones consideradas mayores de las que puede resolver una persona normal, la actuación será distinta y la analizaremos a continuación.
Material combustible:
Si es capaz de averiguar qué material es el que se está quemando habrá avanzado mucho en su lucha contra el incendio, si el material es combustible sólido normal (madera, plástico, ramas de árbol, papel…) puede optar por apagarlo mediante mantas, extintores, mangueras, depende de la herramienta de sofocación que tenga.
Si se encuentra cerca de materiales inflamables líquidos o gaseosos como pintura, gasolina o aceite, debe llamar al 112, teléfono de emergencias en España, inmediatamente porque estos materiales pueden explotar si alcanzan su temperatura de inflamación (el punto en el que arden), y huir de la zona.
Ubicación del incendio:
Se trata de un recinto al aire libre, como puede ser un incendio en un parking, o en un parque, o está contenido en un recinto cerrado como pueda ser una habitación o un ascensor.
Posibles consecuencias:
Es imprescindible en la evaluación averiguar si hay personas atrapadas que puedan ser alcanzadas por el incendio, animales o materiales combustibles cercanos que aún no estén involucrados.
En algunos casos, puede ser necesario evacuar una zona debido a la previsible futura aparición de humos tóxicos u otros peligros que existen fuera de su control (por ejemplo, una planta química cercana puede estar filtrando productos químicos peligrosos a la atmósfera).
Causa de la ignición:
La causa de la ignición (si se conoce). Esta información puede ayudar a dirigir sus esfuerzos hacia la prevención de una mayor propagación o la extinción de las llamas restantes, o bien para informar con más detalle a los bomberos.
2. Actuación según la evaluación
Una vez analizados los parámetros de la evaluación, debe de tomarse una decisión rápidamente que puede ser de estas 2 formas, si se actúa para proceder a la sofocación del incendio o si se avisa a Emergencias y se huye del lugar.
Para la primera opción tenemos que tener muy claro que el fuego es incipiente y puede ser controlado con los medios de los que se dispone, no es lo mismo enfrentarse solo y sin ningún tipo de medios a encontrarse con varias personas que puedan ayudar y disponer de medios de extinción como extintores, mangueras (BIES), etc.
Si hay vidas humanas en peligro también es un factor trascendental para tomar la decisión de participar activamente o huir.
Siempre es importante indicar que el riesgo asumido por la persona que pretende sofocar no puede ser mayor que dejar evolucionar el fuego y avisar al personal verdaderamente competente en esta materia como puedan ser los bomberos.
3. Sofocación del incendio
Si en la evaluación del incendio entendemos que tenemos que actuar directamente, vamos a ver algunas situaciones habituales y como atacarlas, siendo conscientes que hay miles de formas distintas de incendios y tenemos que adaptar nuestras actuaciones siempre al tipo exacto de fuego que nos encontremos.
Daremos únicamente pautas si el combustible es sólido y conocido, como pueden ser papel o madera, y está en su fase más incipiente.
Los materiales más habituales de los que podemos disponer fácilmente son el agua o tierra, arena o algún otro material incombustible.
Por supuesto, si se posee un extintor o un agente químico seco, como espuma o polvo, lo usaremos proyectando el producto sobre el fuego hasta sofocarlo.
Como hemos dicho, si en la evaluación del incendio hemos considerado que el fuego nos sobrepasa, nuestra actuación debe ser la siguiente.
Qué hacer si hay un incendio y consideramos que no podemos apagarlo
1. Mantener siempre la calma y no entrar en pánico
Aunque pueda parecer una obviedad, es tan importante que merece la pena recordarlo siempre. Si se produce una emergencia de incendio, asegúrese de mantener la calma y la tranquilidad. El pánico podría complicar aún más la situación y causar lesiones o la muerte.
2. Huir de la zona de forma controlada
De la forma más eficaz posible, huya de la zona del incendio y póngase a salvo en el área que considere que no vaya a verse afectada por el fuego de forma inminente.
Si hay alguna persona que pueda ser auxiliada sin poner en riesgo a la persona que ayuda, socórrala para ponerla también a salvo.
Si se encuentra en un edificio o recinto cerrado y no puede salir de él de forma segura, quédese donde está hasta que llegue la ayuda o busque la zona más alejada de las llamas y del humo posible.
Si ha de convivir con el incendio hasta que reciba la ayuda, sepárese de las puertas, trate de colocar si puede toallas o ropas empapadas en la parte inferior de las puertas para que el humo no pase.
Es importante también que abra las ventanas si está en exterior y que se agache si hay humo, ya que el humo aparte de estar muy caliente y poder quemar, posee gran concentración de CO que nos provocará mareos e incluso la pérdida de consciencia, algo incompatible con sobrevivir al fuego.
3. Avisar a los servicios de emergencias
Si no ha tenido opción de huir, o en cuanto se haya resguardado en área segura, y con la ayuda que posibilitan los smartphones que ya prácticamente cualquier persona posee, avise al 112 y dé parte, lo más exhaustivo posible, si puede ser siguiendo todos los pasos analizados en la evaluación del incendio, para que los servicios de emergencias tengan toda la información posible y actúen de la manera más eficaz posible.
Llame siempre preferiblemente desde su teléfono móvil desde una zona alejada de las llamas o el humo.
No utilice un teléfono fijo si es posible, ya que podría cortarse debido a un corte de energía o a una sobrecarga de llamadas por parte de otras personas que también se hayan visto afectadas por la emergencia del incendio.
Qué no hacer nunca en caso de incendio
1. No utilizar nunca ascensores
Nunca utilice un ascensor durante una emergencia de incendio, pueden ser trampas mortales por distintos motivos. En general no utilice los ascensores nunca en situaciones de emergencia como puedan ser incendios, terremotos, amenazas de bomba…
Pueden funcionar un momento y pararse por problemas eléctricos o mecánicos quedando atrapados a merced del fuego.
Si hay humo, puede interferir en la fotocélula de seguridad y provocar que el ascensor no cierre nunca la puerta y no se mueva.
Siempre opte por las escaleras, esté seguro que son las rutas más seguras que se deben tomar en lugar de los ascensores cuando se evacua un edificio o estructura.
Las escaleras también proporcionan acceso a los bomberos en caso de emergencia y les permiten llegar rápidamente a los pisos superiores.
Durante una emergencia, diríjase inmediatamente al hueco de la escalera más cercano y salga del edificio o estructura lo más rápidamente posible bajando las escaleras, si es posible, en fila india y con las manos sobre la cabeza, manteniendo, también si es posible, ropa de abrigo o de manga larga puesta en todo momento.
2. Cuidado con el agua, no echar nunca sobre equipamiento eléctrico
No utilice nunca el agua contra equipos eléctricos que puedan estar viéndose expuestos al incendio. En su lugar, tape los aparatos eléctricos que puedan haberse incendiado o sobrecalentado (por ejemplo, secadores de pelo, calentadores eléctricos).
El agua no sirve para evitar descargas eléctricas o incendios eléctricos. No utilice el agua si considera que hay riesgo de electrocución.
Si es posible, asegúrese de que todos los electrodomésticos, televisores, ordenadores, portátiles, teléfonos y otros dispositivos electrónicos o eléctricos estén apagados antes de dejarlos solos en caso de que se incendien mientras no estén vigilados.
Métodos para apagar un incendio
Este punto es puramente informativo, ya que, salvo en algunas ocasiones, si un incendio se ha propagado suficientemente, los métodos para apagar un incendio los usarán los bomberos o personal cualificado.
El objetivo principal de la extinción de incendios es evitar la destrucción de propiedades y bienes. Los tres métodos básicos de supresión de incendios son:
Sofocación
Este método se basa en privar al fuego de oxígeno sellando todas las posibles fuentes de aire. Los métodos más comunes son la espuma contra incendios y el agua.
Si un incendio requiere ser sofocado, es mejor utilizar agua o espuma porque no dejan ningún residuo que pueda causar daños a los bienes o equipos.
Extinción
Este método tiene como objetivo eliminar la fuente de calor de un incendio para detener su propagación y provocar su enfriamiento, de modo que pueda ser extinguido sin más tratamiento.
Esto puede lograrse utilizando productos químicos como el dióxido de carbono o gases inertes (argón, nitrógeno, etc.), que se utilizan en los extintores modernos.
Supresión de incendios
Se trata del método de actuar contra las propias llamas. Es el propio acto de extinguir un fuego. Los sistemas de supresión de incendios se utilizan en aviones, embarcaciones y en la industria para minimizar los daños causados por los incendios. Los tipos de supresión de incendios incluyen los rociadores y los extintores químicos.
Los gases supresores de incendios suelen almacenarse en cilindros que se instalan dentro de un espacio cerrado, como el compartimento de carga de un avión o una sala en una instalación industrial. Los cilindros de gas pueden estar conectados directamente a un sistema de descarga o ubicados a distancia y conectados a través de mangueras o tuberías al sistema de descarga.
En el caso de los sistemas de gas inerte, el gas almacenado desplazará el oxígeno del espacio cerrado y proporcionará un entorno libre de oxígeno para que los bomberos entren a combatir un incendio dentro de ese espacio.
Qué hacer después de un incendio
Una vez que hayamos salido del radio de acción del incendio y ya no tengamos el control de la situación, que pase al servicio de emergencias, podemos realizar las siguientes operaciones:
- Llamar a la compañía de seguros.
- Llamar al propietario o administrador del edificio, si procede.
- Llame a su familia y amigos para informarles de que está bien y de lo sucedido. Han podido enterarse de algún modo y si usted no posee su teléfono móvil estarán muy preocupados. O si no están al tanto de la situación, pueden ser útiles para ayudar con cualquier otra cosa que pueda surgir en relación con los daños a la propiedad o la atención médica durante este período de tiempo.
Póngase en contacto con su médico de inmediato si se ha lesionado durante o después de un incidente como éste: le dará cualquier información médica que pueda ser necesaria.